A principio de los años 70 la firma Comansi ideó un nuevo sistema con el que atraer a los niños al juego. Era ofrecer figuras de menor tamaño, unos 30 mm. Con ello se pretendía ofrecer más piezas en cada caja y así que los niños pudieran recrear escenas interesantes por numerosas.
Este metodo ya se había intentado por Jecsan- gloriosos antidiluvianos, japoneses y marines- varios años antes sin demasiado éxito pese a la gran calidad de sus piezas, pero en Comansi se pensó que los tiempos habían cambiado y que era un buen momento para intentarlo de nuevo.
Había indios, vaqueros y por supuesto, la caballería. Las piezas no eran extraordinarias pero permitan jugar con cierta facilidad. Además Comansi, fiel a sus orígenes, ofrecía un precioso fuerte de madera a escala para las figuras, que veremos otro día, e incluso un pueblo del oeste con casas y almacenes así como una versión de su caja grande del Gran Cañón del Colorado.
El intento fue valiente y animoso pero no muy exitoso, por desgracia. Los tiempos estaban cambiando y los niños ya estaban girando a otro tipo de juguetes.
Estas preciosas piezas llegan a nosotros de la mano de nuestro buen amigo Álvaro que ha conseguido salvarlas de su casa y nos las ha regalado. Lo hemos indicado muchas veces, la amistad y el compartir afición es una de las cosas más hermosas que nos brinda el coleccionismo. Álvaro es un gran aficionado y excelente pintor que es capaz de crear autenticas maravillas con sus pinceles, alguna hemos visto aquí.
Muchas gracias Álvaro por ese minuto mágico y acordarte de estas preciosas figuras de plástico que encuentran desde ahora seguro refugio en nuestras vitrinas gracias a ti. Un gran abrazo.