Las series medievales de Reamsa fueron siempre magníficas. Brindaban posibilidades de juego enormes y superaban a sus contemporáneos en muchos casos.
Eran piezas proporcionadas, muy bien talladas, en poses de acción y brindaban los caracteres de héroe o "chico bueno" con mucha facilidad. La pose del Príncipe Valiente llenó ese hueco muchas veces. El caballero montado tiene la rara particularidad de tener el brazo armado móvil, lo que permite variar la pose, algo inusual en la casa barcelonesa.
Una delicia de piezas que llenó tardes de juego.
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