Hoy es 5 de enero. Un año mas ha transcurrido y de nuevo es la gran noche. Los zapatos relucientes en la ventana, un platito con turrón y dulces y unas copitas de licor para sus Majestades y el alma rebosante de ilusión son el necesario preludio de cada noche del 5 de enero.
El sueño rápido y el corazón palpitante por la emoción, el ansia de que las horas transcurran veloces para descubrir con la alegría de la inocencia esos regalos tan ansiados.
Siempre había soldados, de muchas clases, preciosos y gallardos llenaron cientos de horas de diversión feliz.
En esta noche mágica, amigo lector, espero que todo sea para ti; como desees.
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