Playmobil suele sorprendernos con figuras muy originales. Esta, que representa a un caballero de la Orden de Malta, es una de ellas. Según tengo entendido solo esta disponible en las tiendas de la isla de Malta como homenaje a los Caballeros que la dirigieron durante siglos.
La isla de Malta fue dada en feudo a la Orden del Hospital por el Emperador Carlos I de España y entre otras cosas generó la historia del Halcón Maltés, por ejemplo. Una de las cinco lenguas de la Orden es la castellana y muchos caballeros españoles participaron con valor sin limite en la triunfante defensa de la isla ante la invasión del turco Solimán en 1565.
La Orden de Malta esta, hoy en día, en activo ininterumpidamente desde su fundación hace más de 1.000 años.
Otra elegante representación española del mito Tres Mosqueteros fue la que hizo Reamsa. Bonitos, de pequeño tamaño, poco jugables y casi una curiosidad dentro de su catalogo ya que no duraron demasiado en producción pese a ser de los primeros productos disponibles.
Estas piezas recast están aquí como recuerdo a los primeros tiempos de Reamsa.
El maestro Jecsan bordó el tema de los Tres Mosqueteros. La serie tuvo a estos cuatro jinetes representando a los protagonistas al galope y prestos a defender el honor de la Reina Ana.
De la última etapa de la casa barcelonesa, la calidad de la pintura baja un poco pero sigue conservando toda la gallardía y el valor del cual nuestro Capitán es paradigma inigualable.
En la base esta grabada la marca Estereoplast. El caballo es soberbio si bien no tiene ni las riendas ni los estribos.
La casa alemana Playmobil ha ido intruduciendo, con el paso de los años, varias piezas muy originales. Esta de Capitán de la Marina Mercante no podía faltar en mi vitrina. Cosas del oficio y de lo poco que esta representado en nuestro mundillo.
Y este es el material impreso que acompañaba al juego.
De arriba abajo portada del pequeño catalogo explicativo que se incluía y que anunciaba los magníficos contenidos de las cajas extra y de los futuros juegos, el álbum de cromos que era todo un extra para recrear, más si cabe, la ambientación histórica y el librito de reglamento, breve y muy ilustrado, fácil de usar, de memorizar y que permitía jugar rápidamente.
Otra característica muy poco frecuente que adornaba este precioso juego era la posibilidad de reforzar nuestras tropas con piezas adicionales.
Había cajas extra de todas las piezas-infantería, caballería, elefantes, generales- lo cual nos permitía recrear el juego al nivel de fuerza que deseáramos.
Las cajas extra, de las que veis dos ejemplos, son también objeto de colección.